Donde la Historia y el Séptimo Arte se encuentran
Se trata de una casa burguesa rehabilitada, la Casa Museo del Cine, también conocida como Cortijo Romero o Casa de Santa Isabel, es un lugar emblemático situado en el barrio de Villablanca, en Almería. Originalmente perteneciente a la familia Balmes, esta histórica vivienda fue adquirida por el Ayuntamiento para transformarla en un museo que honra el vínculo especial de Almería con el mundo del cine durante las décadas de los años 60 y 70.
Construida a finales del siglo XIX, la casa destaca por su arquitectura de estilo ecléctico, con influencias románticas y detalles ornamentales propios de las residencias señoriales de la época. A lo largo de los años, ha sido testigo de múltiples etapas históricas, incluyendo su uso como hospital durante la Guerra Civil. Pero fue durante el boom cinematográfico almeriense cuando adquirió una dimensión internacional.
Este icónico cortijo fue un refugio para grandes estrellas internacionales, como Clint Eastwood, Brigitte Bardot, Raquel Welch, Peter O’Toole y Franco Nero, quienes encontraron en los paisajes únicos del Desierto de Tabernas y Cabo de Gata el escenario perfecto para sus películas. Productoras de Hollywood y Europa convirtieron Almería en un plató natural, y la Casa de Santa Isabel en un alojamiento privilegiado para los actores y directores.
Sin embargo, la verdadera consagración de esta casa llegó en 1966 con la visita de John Lennon. Durante el rodaje de la película Cómo gané la guerra, el icónico músico halló inspiración entre sus muros para componer la legendaria canción Strawberry Fields Forever. Este hecho marcó un antes y un después en la historia de la vivienda, otorgándole una relevancia cultural única.
Hoy, la Casa Museo del Cine abre sus puertas como un espacio vivo donde los visitantes pueden descubrir el valioso legado cinematográfico de Almería y revivir una época en la que esta tierra fue el epicentro de la industria del cine. El museo ofrece una experiencia inmersiva a través de salas interactivas, objetos originales de rodajes, fotografías, trajes, material audiovisual y escenografías que muestran la evolución del cine en la provincia. Además, cuenta con una sala dedicada a exposiciones temporales, una sección sobre efectos especiales, y una recreación del dormitorio en el que Lennon se alojó.
Con la reciente ampliación del espacio museístico, que incluye un nuevo plató audiovisual y salas técnicas, la Casa del Cine no solo conmemora el pasado, sino que también mira al futuro como un centro activo para la creación y divulgación cinematográfica.
Almería, tierra de cine
El cine no solo se ha rodado en Almería: ha echado raíces. Ha moldeado su identidad, ha inmortalizado sus paisajes y ha convertido sus desiertos, montañas y calas en escenarios eternos de la memoria colectiva.
Durante las décadas doradas de los 60 y 70, Almería se convirtió en uno de los grandes platós naturales del mundo. La industria del cine internacional, especialmente la europea y estadounidense, encontró en la provincia una joya única: una luz natural irrepetible, una variedad paisajística sin igual y un clima que permitía rodar casi todo el año.
Aquí se gestaron leyendas del spaghetti western como Por un puñado de dólares o El bueno, el feo y el malo, dirigidas por Sergio Leone y protagonizadas por Clint Eastwood. En el desierto de Tabernas, se libraron las ficticias batallas de Lawrence de Arabia (David Lean) y se alzaron los templos de Indiana Jones y la última cruzada (Steven Spielberg). En las playas del Cabo de Gata, se sintieron los pasos de Conan el Bárbaro (John Milius) y los ecos futuristas de Exodus (Ridley Scott). Incluso fue aquí, en una modesta casa en Villablanca, donde John Lennon escribió Strawberry Fields Forever durante el rodaje de Cómo gané la guerra en 1966.
La relación de la provincia con el cine va más allá de las producciones: transformó el paisaje humano. Muchos almerienses trabajaron como extras, transportistas, carpinteros o ayudantes de producción. Algunos llegaron a rodar con actores como Sophia Loren, Brigitte Bardot, Peter O’Toole, Yul Brynner o Claudia Cardinale. Las historias se multiplican: desde el niño que enseñó a Lennon a tocar la bandurria, hasta las vecinas de Níjar que prestaban sus mantones para las escenas de época.
Esa época dejó una huella imborrable, pero el cine nunca se fue. En las últimas décadas, Almería ha sabido preservar y reinventar ese legado. Los antiguos decorados de los westerns se han convertido en parques temáticos y espacios museísticos, como Fort Bravo o el Oasys MiniHollywood. La Casa Museo del Cine, la Cinemateca y rutas temáticas permiten revivir aquellos años de esplendor.
Además, Almería sigue siendo un lugar de rodaje activo. La provincia ha acogido series como Juego de Tronos y películas contemporáneas de directores como Terry Gilliam (El hombre que mató a Don Quijote) o Alejandro González Iñárritu. El auge del cine andaluz y la creciente inversión en producciones publicitarias y de ficción mantienen vivo su vínculo con la cámara.
Hoy, Almería no solo recuerda su historia cinematográfica: la proyecta hacia el futuro. Festivales como FICAL (Festival Internacional de Cine de Almería), el impulso de escuelas audiovisuales y la apuesta por una red de espacios museísticos y técnicos, consolidan a esta tierra como un faro para el cine en Europa.
Porque en Almería, cada rincón tiene una historia que contar. Y el cine, ayer y hoy, siempre ha sabido escucharla.
Creative Europe Programme (CREA) Project Ref. No. 101099999